Ya ha quedado atrás la comida propuesta por La Petite Lolita y solo queda dar las gracias a todos los asistentes por honrarnos con su tiempo y hacer un repaso de lo bien que salió todo.
Empezó todo con el encuentro en el restaurante San de Oviedo, en ese pequeño recibidor con decoración Zen que tienen. Ignorando las tan típicas faltas de puntualidad, que siempre le toca a uno u otro, resultó muy cálido volver a ver a nuestras compañeras y presentar a las nuevas, pues hacía ya demasiado tiempo desde la última reunión. Cada una apareció con una bolsa o una cajita en la que escondía su dulce regalo del amigo invisible y desde ese momento a todas nos picaba la curiosidad por descubrir que ocultaban las demás. Pero bueno, todo a su debido tiempo. Lo primero fue tomar asiento en nuestra mesa y empezar a pedir entre la suculenta carta que el restaurante nos ofreció y después, mientras iban preparando los platos, ya comenzó el sortéo de pareja a regalar. Una a una, fuimos sacando los nombres del sombrero y dando el obsequio a la persona afortunada, pero esperamos a estar todas con nuestro paquetito para abrirlos y así darle algo más de magia.
Las normas para ese día fueron bastante simples: Un postre. Aún con esas fue sorprendente lo que llegó a traer cada una. Desde la simple magdalenta casera "receta de la abuela" (deliciosa), hasta los complejos "petitfours", lo más importante era que todo estaba hecho con todo nuestro amor y cariño, haciéndolo mucho más valioso. Pero hemos de hacer una mención especial al detalle de la querida Sarabeth, que se presentó con.... una caja de huevos de aldea. ¡MENTIRA! Nos tomó el pelo a todos, porque resultaron ser auténticas cáscaras de huevo rellenas de brownie de chocolate.
Tras ello, los platos de comida fueron llegando y disfrutamos y reímos juntas mientras comíamos todo tipo de delicias. Carnes, pescados, sushi y platos picantes para los más atrevidos, en un ambiente relajado en el que todos marchamos con las barrigas bien llenas. La única pena fue que solo se pudiera alargar a poco más que la comida ya que todas teníamos más tareas que hacer. Pero igualmente fue emocionante vernos de nuevo.
Resumiendo: Una agradable comida, con una agradable compañía y un montón de dulces de por medio. ¿Qué más se puede pedir? Pues un video para compartir y que sirva para recordar ese día a todos los asistentes. Aquí lo tenéis
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